Recordando la niñez y juventud.

 Tengo solo algunas fotos de mi juventud. Aquí tenía unos 19 años.

Recordando la niñez y juventud. Mis primeros recuerdos  son que viviamos en calle Balmaceda cerca de las laderas del cerro  que iba a Santa Rosa. La casa que viviamos era como una mediaagua, en el invierno pasaba el agua por la entrada y las pequeñas habitaciones. Mi padre ponía ladrillos para caminar por ellos. Mi padre trabajaba dode don carlos Stenfo ( alemán) en una finca llamada  Las vertientes  cultivaban árboles frutales, viñas y flores.

Yo y mis hermanos y hermanas esperabamos las navidades porque siempre don Carlos y señora Amalia invitaba a sus trabajadores y familia a celebrar la navidad con una comida y ricos postres y helados.
Recuerdo que contiguo a nuestra casa en Maule estaba la iglesia en la cual el hermano Francisco Hernandez y mi padre eran los dirigentes o guías de la iglesia. Venían hermanos de varios pueblos de alrededor a visitar la iglesia. 
Mi padre conoció al Señor en un pueblito de campo llamado Chacarilla donde el hermano Francisco Hernández   trabajaba en una obra haciendo ladrillos y allí enseñaba el evangelio. A esa iglesia de campo llegó primero tambiénmi madre procedente de Nirivilo, donde conoció las cosas de Dios. De allí se fyue a Talca y chacarillas como asistente de hogar. Allí se reunía con los hermanos y en ese tiempo llegó mi padre los cuales se comprometieron y se casaron y se fueron a Maule donde empiezo esta historia. Nosotros los seis hermanos y hermanas practicamente nacimos en el evangelio. Eramos una familia pobre. Viviamos escasamente del jornal de mi padre como obrero. En aquellos años mi  madre tenía que ir a la tienda de don guillermo a comprar las cosas para el mes, pero fíado y apuntada cada cosa que se llevaba para pagar a fin de mes.
Cuando fuimos a la escuela primaria fue todo un acontecimiento. No nos alcanzaba para comprar todos los útiles escolares. Un lapiz de madera o una goma teniamos que partirla y repartirla entre dos hermanos. 
Fundo San Juan.  Mi abuela Adelaida y Mis tios Hilario, Beto y tia  Rosa vivían en San Juan trabajaban para el dueño del  fundo que se llamaba  don Pablo. 
Cuando nosotros eramos niños ibamos a ayudar a nuestra abuela en el campo y  a los tios. Era tradición comer choclos cocidos, humitas, matar uno o dos cerdos, y hacían  arrollados, longanizas y guardaban la manteca. Nosotros ayudabamos a pelar choclosy a desgranar. A nuestra abueklita le ayudabamos arecoger espigas de trigo despues de la ciega ya recoger " corrihuela " verde para los animalitos que había en casa.
Para el tiempo de la cosecha de trigo ( en el fundo) nos invitaban los tios para montar los caballos mientras iban dando vueltas  sobre las plantas y trigo amontonadas en una era. se reían de nosotros ( de buenas maneras) cuando teniamos que afirmarlos de los crines de los caballos y mientras iban corriendo despues de unas vueltas se nos pelaban las sentaderas ( el culo , como se dice en España).  En los veranos también trabajabamos en el fundo aporcando porotos , o cortando maravillas ( pipas) y dejando las callampas ensartadas en mitad del tallo de la planta y después pasaba una máquinas cogiendolas para sacarla la semilla ( pipas).

Siempre recuerdo que en el fundo todos los días daban a los trabajadores incluido nosotros cuando trabajabamos un pan grande y redondo por la mañana ( la marraqueta) y un buen plato de porotos con arroz o tallarines y con color ( manteca con pimiento rojo) . Muy bueno, muy bueno. De allí seguí con la afición de comer legumbres cocidas hasta hoy, muy buenas, requetebuenas.
Cuando niños nos gustaba la aventura. En el fundo San Juan había una yegua negra llamada " Sombra" era muy mansa y sin rienda la cogíamos y montabamos en ella y corriamos y corriamos encima de ella y así casi todos los días en verano. Cuando niños usabamos la chupalla , que era un sombrero de paja de trigo y que en el campo se estilaba y protegía del sol.
 ¿Que hace este gallo aquí?. Cuando yo tenía 9 años aprox ( 1954) viviamos en otro lugar en Maule en una " Quinta" de árboles frutales, mi padre era cuidador. Viviamos en una casa adjunta de madera y el techo de fonolas ( carton con alquitran). Una tarde cuando mi padre aún estaba trabajando y nostros recien habiamos llegado del colegio al atardecer, de repente la casa empezó a arder ya que se cocinaba adentro de la casa en un costado. Quedamos paralizados. Mi madre corría de un lado a otro, mi hermano menor era muy pequeño y estaba adentro de la casa. Un  vecino se atrevióa entrar para sacar a Gabriel envuelto en una frasada ( manta). Todo se quemó hasta el gallienro con aves que estaba junto a la casa. Una cosa se me quedó grabada en mi memoria. Mi madre mientras ardía la casa se arrodilló en el patio y oraba fuerte y diciendo "Tu Señor me diste esta casa y me la quitaste. Asi como me diste esta casa puedes darme otra casa". Llegó mi padre y junto a mi madre lloraban y decían " Señor, en tus manos estamos".
Un hermano  que era nuevo creyente ( Marcos Loyola) nos acogió en su casa . Estuvimos aprox. como una semana y después nos fuimos a vivir en una media agua ( galpón que tenía una parte de techo y su suelo de tierra). Al cabo de unas  semanas teniamos ya la casa en sus cosas elementales y si que me regocijé porque ahora teníamos mas cuadernos, mas utiles escolares para seguir estudiando. Estuvimos allí una temporada y después nos fuimos a vivir a una parcela en el mismo Maule que era propiedad  de  don Alberto y del primer patrón de mi padre con el cual siguió trabajando con él unos años mas. En esta casa hicimos parte de nuestra niñez y adolescencia.
Recuerdo tambien  que el dueño de la quinta cuando venía los fines de semana tiraba un puñado de chauchas ( monedas pequeñas)  al aire y se gozaba cuando nosotros las buscabamos en los pastos del campo. Para nosotros era todo una fiesta por tener monedas para comprar bolitas( canicas) o trompos o hacer volantines y pegarlos con engrudo ( harina cocida).
En mis recuerdos veo a mi madre haciendo picarones, sopaipillas o calzones rotos para cada 18 de septiembre , que era la fiesta nacional con ramadas, bailes, juegos y  empanadas. A mi me mandaban a venderlos para esos días. Y con mucha verguenza salía a vender, a veces llegaba con algo de dinero a casa y algunas veces  me gastaba una parte de las ventas en jugar o comprar papel para volantines u otros EMBELECOS DE NIÑOS.